Hacer una presentación es una tarea con cierta dificultad. Especialmente cuando se trata de hacer la presentación en público. No hay manera de evitar sentir miedo o vergüenza, pero si que se puede hacer algo para que la experiencia sea mucho mejor de lo que nos podemos imaginar.
Para ir al grano y no perder tiempo:
Conoce tu material: Antes que nada, es crucial tener un dominio completo del tema que vas a presentar. Esto te dará la confianza necesaria para hablar con autoridad y responder preguntas que puedan surgir.
Practica, practica y practica: Practicar tu presentación varias veces puede hacer una gran diferencia. Intenta hacerlo frente a un espejo, grabarte o practicar frente a amigos o familiares para acostumbrarte a la sensación de estar siendo observado mientras hablas.
Cuanto más trillada tienes tu presentación, mejor saldrá, llegará más, y tendrás menos imprevistos mientras presentas. La ley de Murphy!
Conoce a tu audiencia: Entender quiénes son tus oyentes y qué esperan recibir de tu presentación puede ayudarte a adaptar tu discurso para mantenerlos interesados y comprometidos. Son tus jefes? Tus compañeros de departamento? Otros colegas de otras sucursales? Clientes?
Cada colectivo tiene unos intereses, una forma de hablar y entender la jerga, y debes incluir a cada uno en tu presentación.
Organiza bien tus ideas: Una buena estructura es fundamental. Asegúrate de tener una introducción clara, un desarrollo lógico de los puntos principales y una conclusión sólida. Utilizar ayudas visuales como diapositivas puede ser muy útil para guiar tanto a la audiencia como a ti mismo durante la presentación. Pero no hagas PPTs con mucho texto. Usa imágenes y poco texto.
Para prepararte, puedes usar post it con dibujos que representen lo que vas a hablar, y así de esta manera puedes tener una vision cronológica de la presentación. Esto te ayudará a recordarla mejor, y la podrás usar como notas tuyas internas para recuperar el hilo si se te va.
Usa el lenguaje corporal a tu favor: Tu postura, gestos y contacto visual pueden añadir mucha fuerza a lo que dices. Mantén una postura abierta y segura, usa tus manos para enfatizar puntos importantes y haz contacto visual con la audiencia para crear una conexión más fuerte. Cuando son muchos y no los ves bien, mira al tercer ojo de la frente, y a saltos.
Maneja los nervios: Es normal estar nervioso antes de una presentación. Técnicas de respiración, meditación o ejercicios de relajación pueden ayudarte a manejar esos nervios. Antes de entrar al escenario respira profundamente varias veces. Si estás nervioso no lo digas. si quieres romper el hielo con un chiste, no lo hagas, si no se ríen te llena de inseguridad y te hará estar más nervioso. Puedes romper con un agradecimiento. Recuerda que un poco de adrenalina puede ser beneficiosa para mantenerte alerta y energizado durante tu charla.
Prevención y superación de los imprevistos: No importa cuánto te prepares, siempre pueden surgir situaciones inesperadas. La clave está en mantener la calma y adaptarse rápidamente. Yo me suelo preparar un plan B, C y D. Y si a pesar de todo no sale como esperaba, tira! no te disculpes demasiado y sigue adelante con confianza. En realidad al público no le importa mucho. De hecho muchas veces no se entera de lo que tiene que ser la presentación, pero si te ven dudar, entonces van a saber que algo no va bien, y pasarán de ser audiencia, a ser condescendientes contigo y mirarte con pena.
Pide Feedback: Después de tu presentación, pide comentarios constructivos. Esto te permitirá mejorar y sentirte más preparado para la próxima vez.
En resumen, hacer una presentación en público es definitivamente un desafío, pero con la estrategia adecuada y una actitud positiva, puedes convertirlo en una experiencia gratificante. Recuerda que cada oportunidad de hablar frente a un grupo es una oportunidad para crecer personal y profesionalmente.
